«Tienes permiso para llorar, puedes llorar sin avergonzarte, llora si lo necesitas«, son frases que muchas veces tengo que decirle a mis pacientes. Cuando digo tengo, es porque llorar para muchas personas es algo negativo o censurable, y por eso, cuando no pueden evitar el llanto, necesitan pedir perdón o justificarse por necesitar llorar. No lo hagas, si lo necesitas, llora.
Si estuvieras en mi consulta verías cajas de pañuelos estratégicamente colocadas, porque quiero que mis pacientes se sientan cómodos expresando sus emociones, y porque creo que todos tenemos permiso para llorar. Al hacerlo liberamos nuestras emociones, mejoramos nuestra salud mental, y nos desahogamos.
EL LLANTO ES TERAPEUTICO
Vivimos en una cultura que censura el llanto. Crecemos viendo películas, leyendo libros, o escuchando canciones que premian reprimir tanto el llanto, como controlar las emociones. Nos lo «venden» como algo bueno, algo de adultos, de «personas equilibradas». Para muestra un botón, los chicos no lloran, cantaba Bosé, ¿recuerdas? Cuando de pequeños nos caemos nos dicen “no llores, que no es nada”, cuando lloramos en público nos dicen “cálmate, no es para tanto”.
Da igual la edad y la situación, el llanto incomoda al que lo ve y hace que el que lo necesita lo reprima. No lo hagas, no es bueno para ti.
Llorar es inteligente, es una manera de reconocer las emociones y de expresarlas. Algo te ha dolido, te han hecho daño, no te encuentras bien, has perdido algo o a alguien importante para ti, exprésalo porque es un llanto terapéutico, sanador.
Reprimir las emociones nos daña, y la verdad es que al final todo acaba saliendo por otro lado: bajo estado de ánimo, depresión, ansiedad, estrés…Ya sabes la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Pues con las emociones pasa lo mismo, si las reprimes o las evitas, se transforman en otra cosa que siempre es negativa y dolorosa.
Llorar no significa no poder con algo, o ser débil. Llorar significa sentir y reconocer las emociones que tenemos ante las distintas situaciones de la vida. Al reconocerlas nos damos la oportunidad de trabajarlas. Si no nos permitimos llorar estamos negando esa emoción y nos provocamos sufrimiento un psicológico innecesario.
Tienes permiso para llorar cuando quieras: para soltar lastre, cuando algo te supere, o necesites aliviar tu estrés mental… y también llora a carcajadas, porque te emocione vivir una situación especial, o por lograr tus objetivos. Llorar es terapéutico en las buenas y en las malas.
¿EXISTE EL LLANTO PATOLOGICO?
Sí. Cuando el llanto es patológico lo llamamos Síndrome de desregulación afectiva. Quien lo padece tiene una disfunción en las regiones cerebrales que controlan la expresión y regulación de las emociones a causa de una alteración neurológica, o por traumatismos graves: traumatismos encéfalo craneanos, o enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y la ELA,
Quien lo sufre tiene episodios de llanto y/o ataques de risa incontrolables, intensos, breves y frecuentes que, no tienen porqué estar relacionados con lo que está pasando, o con lo que siente la persona, porque su condición médica altera cómo controla su cerebro la expresión emocional.
Cuando no puedes dejar de llorar
Pero me dirás, hay personas que lo están pasando mal y no pueden dejar de llorar, pero que no tienen traumatismos o Parkinson. Es verdad, hay personas que sufren de ansiedad, estrés o depresión, con episodios en los que no pueden controlar el llanto. Estos casos tienen solución en terapia.
en terapia se pueden dar estrategias para controlar el llanto cuando la persona no quiere llorar pero no puede evitarlo, y se puede trabajar el malestar emocional que hay detrás para normalizar la situación.
Puede que estén deprimidos, ansiosos, o que lleven viviendo mucho tiempo una situación muy estresante, que estén superando un duelo, o sufriendo un gran desgaste emocional desde hace tiempo. La ayuda psicológica en estos casos aporta un pronóstico muy bueno.
3 BENEFICIOS DE LLORAR
A pesar que durante años nos han dicho que llorar es de débiles, de cobardes, o que te deja en una situación de inferioridad en relación a los demás, la ciencia ha demostrado que es falso. Llorar tiene ventajas para la salud mental y es un acto beneficioso para quien lo hace:
Después de llorar te sientes mejor y más calmad@
Llorar tranquiliza a medio y largo plazo porque activa al sistema nervioso parasimpático (SNP). Este sistema es el que se activa cuando estamos tranquilos, relajados, centrados y a gusto.
Cuando lloras te baja el estrés
Cuando estamos estresados no paramos de generar cortisol. El cortisol es una hormona que desequilibra nuestro ciclo del sueño, nos empeora la memoria y la concentración, eleva la presión sanguínea y el azúcar en sangre. Nos baja el sistema inmunológico y nos fastidia el estómago.
Pues bien, después de llorar, estos niveles de cortisol disminuyen en la sangre. Además, al llorar liberamos otras hormonas, como la oxitocina y las endorfinas, que trabajan para relajarnos, calmarnos, y tranquilizarnos, hasta el punto de aliviarnos el dolor físico y el emocional.
Llorar te ayuda a sentirte unido y querido por otras personas
Cuando lloramos delante de otra persona, le estamos diciendo que necesitamos ayuda, apoyo, cariño. Cuando lloramos estamos compartiendo nuestros sentimientos y nuestras emociones, provocando la empatía en las personas que están con nosotros. Nos conectamos más y mejor con los nuestros.
¿QUIÉN NO SE DA PERMISO PARA LLORAR?
Las personas que están fisicamente bien, pero que son incapaces de llorar tienen un déficit en su gestión emocional. Aunque sepan qué necesitan llorar, e incluso quieran hacerlo, no pueden. ¿Qué les pasa? Que sufren un bloqueo emocional tan grande que no les permite llorar.
El bloqueo emocional
Es un mecanismo de defensa de nuestra mente. Su función es impedir que sintamos emociones muy intensas cuando no estamos preparados para sentirlas porque estamos sobrepasados por una situación que nos supera. Nos bloquea las emociones, para que dejemos de sentir hasta que estemos preparados, o empecemos a procesar el trauma que nos lo ha provocado. Por ejemplo, aunque sepamos que lo normal es estar triste cuando perdemos a un ser querido, del disgusto, del impacto, y de la pena, podemos bloquearnos y sentirnos disociados de la situación, como si le estuviera pasando a otra persona.
Nos puede pasar de manera puntual por una situación concreta muy estresante, o se puede cronificar en el tiempo si no hay una buena gestión emocional.
¿Quién puede padecer un bloqueo emocional de forma cronificada?
- Personas excesivamente racionales, que a lo largo de los años han ido controlando tanto sus emociones que llegan a encapsularlas.
- Personas que han crecido con un apego inseguro, han aprendido a valerse por si mismos desde pequeños porque los adultos de su vida no estaban disponibles para ellos. Al crecer de esa manera, cuando llegan a adultos se sienten tan decepcionados con la gente que, como estrategia para estar bien, rechazan sentir las emociones, relacionarse, y confiar en los demás. La vida que han llevado les ha obligado a ser emocionalmente fríos
- Personas que han sufrido experiencias traumáticas graves que les han provocado alteraciones emocionales, físicas y conductuales, como accidentes, violaciones, situaciones de maltrato que han durado años…
- Personas con falta de autoconciencia, que nunca se paran a analizar qué emociones sienten, qué les pasa, o cómo se encuentran. Pueden hacerlo para evitar las emociones, evitar pensar en lo que les causa dolor, o por ser emocionalmente inmaduros.
- Personas con enfermedades mentales graves.
EN FIN.. TIENES PERMISO PARA LLORAR
Para cuidar tu salud mental, gestionar tus emociones, o simplemente desahogarte. Cuando rechazamos hacerlo nos sometemos a un sufrimiento psicológico que no nos hace bien. De hecho, como acabo de explicarte, las personas que no pueden llorar tienen un profundo problema emocional, o han vivido conflictos emocionales graves. Si ese es tu caso, con ayuda psicológica puedes trabajarlo y superarlo. No dudes en pedir ayuda a un profesional de la salud mental, estamos para ayudarte y enseñarte la mejor manera de gestionar tus emociones.
Ana Saro Psicóloga en