¿QUÉ ES LA RESILIENCIA?
¿Qué es la resiliencia? Como psicóloga pienso que es una capacidad fundamental para desarrollar en estos tiempos del COVID. En consulta la trabajo con mis pacientes, y desde el blog me gustaría poder facilitaros herramientas para que podáis progresar por vuestra cuenta. Por esa razón, hace ya unos años, traté este tema en otro post: https://blisspsicologia.com/psicologia-de-la-resilencia/yo-soy-tu-padre-y-lo-sabes-26923/ Pero, me gustaría ahondar más en este concepto, y aportaros más información para animaros a aprender a ser resilientes. Espero que las estrategias del resiliente que os propongo ayuden a que lo consigáis.
El concepto de resiliencia se ha hecho muy famoso estos últimos años, sobre todo ahora, en la era COVID. Habla de tu capacidad para sobreponerte a los momentos críticos de tu vida, de tu facilidad para adaptarte a los cambios que traen consigo, y de tu competencia para volver a alcanzar el equilibrio o la normalidad en esta nueva etapa.
¿Cuáles son esos momentos? Bueno, hay muchísimos, pero podríamos poner ejemplos en los que seguramente todos lo pasaríamos mal: divorcios, pandemias, ERTES, ERES, situaciones de acoso, enfermedades, paro, fallecimientos de seres queridos, abortos, infertilidad… u otros que podrían considerarse menos traumáticos, pero que también desequilibran a cualquiera, como vivir con adolescentes 😉 en lo peor del pavo.
CÓMO SÉ SI SOY RESILIENTE
Se podría decir que eres resiliente, utilizas las estrategias del resiliente. Si en medio de una situación dolorosa o problemática, te muestras asertivo, e intentas aprender de la situación, sacar todo lo mejor de ella, sin ceder a la presión y al estrés, o sin ceder a la pena, lo habrás conseguido. También, cuando tomas una decisión, que consideras correcta, a pesar de tener miedo de lo que pueda pasar cuando la lleves a la práctica, pero aún así sigues adelante. Es decir, eres resilente cuando demuestras que, tanto si sabes hacer frente a la situación, como si no, trabajas para superarla e integrarla en tu vida, con todos los aprendizajes que te haya aportado.
SI FUERA RESILIENTE, ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS ME DEFINIRÍAN?
1. Te rodearías de amigos y de familiares. Porque como persona resilinte no vives las cosas solos. Compartes tu situación, y ayudas a los tuyos con las suyas. Das y recibes afecto y colaboración, no te sientes solo, porque mantienes un vínculo que te ayuda a reír, a minimizar lo tuyo ocupándote de otros…
2. Cultivarías tu mundo interior. Cuando ya has hecho por hoy todo lo que puedes para solucionar las cosas, no te quedas rumiando tu mala suerte. Aprovechas para distraer la cabeza con lecturas, películas, arte, amigos… y estas experiencias pueden ayudarte apuntalar tu pensamiento positivo. En el mundo pasan cosas malas, pero también se dan verdaderas maravillas.
3. Te adaptarías a los cambios. Si lo que te ha pasado es permanente, tendrás que adaptarte y tener la mejor calidad de vida a pesar de lo ocurrido. Como eres resiliente, irás adaptándote a la nueva situación con la ayuda de tu gente, y de tu pensamiento positivo.
4. Usarías tu inteligencia emocional. Ha pasado algo malo, lo que ha pasado ha dolido y además está generando muchos sentimientos negativos y estrés. Bien, tú, como persona resiliente, no taparías todo ese maremágnum emocional. Lo que harías sería integrarlo en tu vida, dándote espacio para ir asumiendo esas emociones y superarlas.
5. Tu brújula vital apuntaría al futuro. El pasado ya está, solo nos queda de él lo que hayamos aprendido. Como persona resilinte, tú mirarías al futuro con esperanza y trabajarías en el presente para conseguirlo. Si la situación demanda cambiar de objetivos, pues los cambiarias para que se ajusten a un futuro en el que hayas recuperado la normalidad.
6. Quejarse es natural, pero como resilinte, le dedicarías muy poco tiempo. Perder el tiempo quejándote y dándole vueltas a lo que ha pasado, como si tu mente fuera una noria, no sería propio de tu yo resilinte. Esa actitud solo te quitaría fuerzas y ganas de lucha. Bajaría tu estado de ánimo al subsuelo y sería un obstáculo para remontar la situación.
7. Usarías todo tu sentido del humor. Toda esa capacidad para reírte de ti mismo, de lo que está pasando, te daría mayor capacidad de resiliencia, y te ayudaría a generar endorfinas que estabilizarían tu pena.
8. Serías agradecido. Porque después de lo que intentas superar, lo que tienes claro es que podría ser peor, y que, hasta ahora, la situación no está pudiendo contigo. Además, tienes gente que te quiere, sostiene y apoya. Además, cada momento de tranquilidad y felicidad será mayor porque ya sabes qué es pasarlo mal.
9. Como persona resiliente, si tuvieras que pedir ayuda, lo harías. No esperas a que los demás se den cuenta de que lo necesitas. En este sentido eres muy proactivo.
10. Serías comprensivo, empático y sensible sobre todo contigo mismo. Contigo el primero, te perdonarías los errores, aprenderías de ellos, y utilizarías esa experiencia para superarlos y no repetirlos. No te machacarías ni te culparías. Al contrario, te tratarías bien, te hablarías bien. Te animarías y te cuidarías. Si tu no lo hicieras por ti, no podrías esperar ese trato por parte de los demás. Comprenderías cómo se ha llegado a esta situación, y te apoyarías para salir de ella. Pero todo esto también lo harías con aquellos que te rodean.
QUIERO SERLO: ESTRATEGIAS DEL RESILIENTE
- Sé consciente de tus emociones, para poder cambiarlas y asumirlas antes de que sean tan intensas que no puedas manejarlas. Si aprendes a observarte, podrás adaptarte mejor a los cambios sin que tengas un coste emocional excesivo. Practicar meditación o mindfulness te ayudaría en este punto, si quieres saber qué es y cómo se practica, te dejo un enlace https://blisspsicologia.com/servicios/charlas-talleres-y-cursos/
- Háblate con el mismo cariño y respeto que le otorgas a las personas que quieres. Aunque se hayan equivocado, no te ensañas con ellas ni con sus errores. Entonces ¿por qué lo haces contigo mismo? Intenta ser flexible contigo mismo y darte las oportunidades que necesites. Date ánimos y cuídate.
- Exígete, pero basa esa exigencia en la realidad, no en las expectativas. Si te exiges algo a lo que es imposible llegar, solo logras frustrarte, desanimarte y venirte abajo en un momento en el que dependes de tu fortaleza. Además, hacerlo así solo hace que tengas más presión de forma innecesaria.
- El humor, aunque estés en un momento complicado, es fundamental. Saber reírte de la situación, de ti mismo, de lo que te rodea… te ayuda a tener la mente más positiva, y hace que generes serotonina, endorfinas y oxitocina, los antidepresivos naturales. Además, evitan que caigas en la desmotivación.
- Asume que de todo se aprende, y que la vida te da buenos y malos momentos. Por eso aprender de los errores significa adquirir una experiencia para afrontar futuros momentos complicados. O incluso para saber cómo evitarlos. Además, la exposición a situaciones difíciles te pone a prueba y te entrena en la búsqueda de soluciones, una habilidad que te sirve para todas las circunstancias de la vida.
- Cuida tu salud física. Estar en buenas condiciones, te hará más resistente emocionalmente. Además, piensa que estar sano, significa ser más fuerte ante el estrés y que hacer deporte, es una manera fantástica de controlarlo.
- Habla de tus emociones y sé asertivo. Compartir cómo te sientes te libera, te hace ajustar los puntos de vista, y hace que te sientas apoyado por los tuyos. Es estupendo para liberar estrés, y para informar a los demás de que necesitas ayuda. Así también les das la oportunidad de ofrecértela.
- La incertidumbre forma parte de la vida. Puedes controlar hasta cierto punto, a partir de ahí es el terreno de la incertidumbre y todos debemos aprender a gestionarla.
- Sé realista y objetivo. Básate en los hechos y datos que puedes contrastar. Lo demás son opiniones, pensamientos o creencias… válidos, pero que no tienen por qué ser reales. Cuando lo estamos pasando mal, tendemos a entrar en el “razonamiento emocional”. Este es el nombre de una distorsión cognitiva en la que la persona razona según sus emociones, no su lógica. Cuando entramos en esta manera de pensar, tendemos a cometer otra distorsión: la personalización. Todo lo malo que pasa, es a nosotros. Esto no es verdad, y si levantamos la mirada y observamos el mundo, vemos personas que lo pasan mejor y peor que nosotros.
EN RESUMEN
- Las personas resilientes entienden que pasan cosas buenas y malas. Saben que sufrir es parte de la vida y, cuando llegan tiempos duros, saben cómo gestionar y superar el sufrimiento.
- Las personas resilientes son muy buenas eligiendo en qué deben poner su atención. Tienen el hábito de evaluar situaciones de manera realista. Se centran en las cosas que pueden cambiar, y aprenden a aceptar y a adaptarse a lo que no pueden cambiar.
- La gente resiliente se pregunta: «¿Lo que hago ¿me ayuda o me daña?» ¿La manera en la que pienso o actúo, me ayuda o me entorpece para lograr mis objetivos? (obtener mi ascenso, a aprobar un examen, o a recuperarme de una enfermedad…)
Espero que este post te ayude a intentar cambiar de hábitos para convertirte en una persona resiliente. Si quieres saber más, o necesitas ayuda para lograrlo, ya sabes dónde encontrarme
Ana Saro Psicóloga en