CÓMO SUPERAR LA FRUSTRACIÓN EN ADULTOS

Cómo superar la frustración en adultos… seguro que alguno podrá pensar «los adultos no se frustran, eso es cosa de niños«. Pues bien, siento decir que la frustración también es cosa de adultos. Nos resulta más fácil y cómodo detectarla en los peques que en nosotros, ¡sobre todo, porque somos muy buenos justificándonos!, pero… todos hemos tenido esta emoción de adultos porque es una más de nuestro amplio abanico de emociones. Experimentar la frustración forma parte de vivir la vida, e incluso podemos tener temporadas en las que casi la sufrimos cada día: algunas cosas nos salen después de esforzarnos, otras no, algunas cosas parecen que van a llegar y en el último momento se estropean, otras no…

Frustrarse cuando las cosas no salen como estaban planeadas, es algo normal. Los problemas surgen cuando no sabemos salir de esa emoción, nos quedamos en el “tengo mala suerte” o “me lo merecía y no lo tengo” de manera que la propia frustración se convierte en el motivo por el que nunca conseguimos aquello que buscamos.

¿CÓMO SE DEFINE LA FRUSTRACIÓN EN ADULTOS?

Existen muchísimas definiciones de frustración, tiene tantas como personas que han estudiado lo que es y sus efectos. Una de ellas la define como:

“… una respuesta emocional común a la oposición, relacionada con la ira y la decepción, que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de la voluntad individual. Cuanto mayor sea la obstrucción y la voluntad habrá mayor probabilidad de frustración. La causa de la frustración puede ser interna o externa…» Cita de Jeronimus et al. (2017). «Frustration». Encyclopedia of Personality and Individual Differences, Edition: 1, Publisher: Springer, New York, Editors: Virgil Zeigler-Hill and Todd K. Shackelford, páginas = 1–8.”

Es decir, cuanto más queremos algo y más difícil se nos pone conseguirlo, más nos frustramos.

Y nos puede pasar por causas internas (queremos algo que sabemos que no podemos tener) o externas (cada vez que estamos cerca, nos surge algún obstáculo). Y el no lograrlo hace que nos enfademos y nos sintamos decepcionados. Esto nos pasa a todos, pero existen personas con un umbral más bajo a la frustración que llamamos intolerantes a la frustración

¿QUÉ PERFIL TIENE UN ADULTO CON BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN?

Aquí os pongo algunas de las características que tienen las personas con un bajo umbral a la frustración.

adulto frustrado

Son personas que tienen poca capacidad para soportar las circunstancias adversas y sobreponerse a ellas, para superarlas, o solucionarlas.
La frustración en los adultos hace que antes de luchar se rindan porque les superan los sentimientos de enfado, o estrés o ansiedad, o incomodidad que les ha generado esa situación y que tiene como principal consecuencia el no haber podido obtener aquello que deseaban. Cuando esto pasa se muestran airados, enfadados y molestos bastante tiempo.
Suelen culpabilizar a los demás de todo lo que ha podido salir mal o de aquello que ha impedido que la situación se resolviera como habían pensado.
Cuando van a emprender algo que quieren, si perciben que las dificultades son grandes, evitan el iniciar cualquier acción para lograrlo, porque no se ven capaces de conseguirlo por sí mismos, con sus capacidades. Es decir, ni lo intentan, pero se molestan y se enfadan igual por las emociones negativas resultantes de no intentarlo.
Lo intenten y no lo consigan o ni siquiera lo intenten, la frustración en los adultos hace que se enfaden con quien lo logra o lo tiene.
Este perfil tiene dificultades para esperar la gratificación de algo a medio o largo plazo. Lo que quieren lo quieren ya.
Suelen tener un diálogo interno plagado de errores de pensamiento: “Si hombre… voy a esperar dos semanas por el coche. Qué me pongan arriba de la lista, ¿acaso no saben quién soy?”, “Para conseguir el grado tengo que estudiar cuatro años más, es que ni me lo planteo, quiero pasta ya”, “la culpa de no haber podido conseguir la reserva es de mi pareja, sabe perfectamente que no me encargo de estas cosas”

ESTRATEGIAS PARA SUPERAR LA FRUSTRACIÓN EN LOS ADULTOS

Estrategias adultos frustrados

Es sano aceptar que a veces no logramos nuestro objetivo, pero que hemos aprendido mucho durante el proceso, tanto cosas que debemos repetir como cosas que ya sabemos que no debemos volver a hacer, como de nosotros mismos y de la situación.
Cuando no conseguimos algo por lo que hemos luchado, es normal estar triste o molesto, pero es importante tener claro que las emociones tienen un principio y un final, no debemos alimentarlas para que duren más de la cuenta. Es bueno decirnos “esto ha dolido, pero pasará”.
Que esta vez no nos haya salido bien, no implica que al volverlo a intentar lo consigamos. Si nos enfadamos tanto para no lucharlo otra vez, seguro que no llegaremos a la meta.
Es importante modificar nuestro diálogo interno de manera que no seamos nuestro peor enemigo. No es lo mismo que nos digamos “soy un inútil” a que nos digamos “esto ha sido inútil, pero hasta llegar aquí las cosas iban bien”. La segunda opción nos da la alternativa de seguir intentándolo, la primera nos hunde.
Analiza todo el proceso que has seguido para lograr tu objetivo y piensa en qué momento se torcieron las cosas. Quedarte con lo que funcionó y planificar de otra forma lo que no salió, te pondrá mucho más cerca la próxima vez. Saber volver al punto en que todo iba bien para desde ahí hacer las cosas diferentes, con otro plan de acción, es una victoria, un aprendizaje y un paso que nos acerca a nuestro objetivo.
Estudia qué es lo que hace la gente que ha conseguido ese objetivo y añade esos pasos a la planificación de la siguiente vez. Aprende de ellos cuánto tiempo les costó o cuantas veces tuvieron que intentarlo. No te quedes solo con que ya lo tienen.
La primera vez que nos enfrentamos a algo, no estamos bien preparados, no conocemos todas las variables, pero la segunda vez si. Aprende e insiste.
No culpabilices a todos los implicados en el resultado de tu objetivo. Es mucho mejor que pienses en soluciones para los problemas que has tenido y que aceptes tus errores.
Recompénsate por cada logro que consigas durante el camino. No esperes a tenerlo todo a tu gusto para alegrarte de lo que has hecho bien.
Es imposible que sepamos de todo, no dudes en pedir consejo a los que han pasado por donde estás tú y lo han logrado. Y sobre todo pregúntales en qué se equivocaron y cómo lo arreglaron o superaron.
Aunque tengas claro que algo es difícil de conseguir, inténtalo. Todos tenemos que aprender a tolerar la frustración y la mejor manera es exponernos a ella. Vamos a perderle el miedo, y a no evitar las situaciones que pensamos que no superaremos. Alguna buena sorpresa te vas a llevar si lo haces.
Aprende a diferenciar cuando quieres algo porque lo necesitas o porque lo deseas. Por ejemplo, tener hoy un móvil se ha convertido en una necesidad, pero que sea de alta gama es un deseo.
Practica mindfulness con regularidad. Te ayudará a controlar eficazmente las emociones negativas como por ejemplo la frustración. En Bliss Psicología podemos infórmate y enseñarte sobre este tema, y nuestro programa de formación: https://blisspsicologia.com/servicios/charlas-talleres-y-cursos/