¿Tienes hoy un día Matrix? ¿Recuerdas la escena? Quizás te sientes como Neo ante las pastillitas azul y roja ¿Te cuesta decidir, o cuando lo haces, siempre piensas que la otra opción era la buena? Aquí te cuento un pequeño truco para facilitarte esa toma de decisiones que tanto cuesta.
En la peli, Morfeo le ofrece a Neo dos pastillas, una azul y otra roja. La píldora azul le permitirá olvidar lo sucedido y permanecer en la realidad virtual de Matrix, mientras que la roja le liberará de ella y le conducirá al mundo real. Traducido a tu vida, continuamente Morfeo (el día a día), pone a Neo (a tí) ante una decisión. Qué comida preparar, si pido un aumento, si debo hablar de nuestra relación de mi pareja… Algunas de estas decisiones las vives como irrelevantes (a fin de cuentas, elegir entre lentejas y huevos fritos no traerá el apocalipsis a tu vida), pero otras las piensas desde el miedo, miedo a que salga mal, a quedar fatal, a que te critiquen. Muchas de tus decisiones se basan en dejar las cosas como están, o cambiar algo (¿pido un aumento?). Otras te ponen en el brete de decidir entre opciones nuevas porque la situación conocida se ha terminado (estoy divorciado, ¿y ahora qué?).
Lo primero de todo, pequeño Neo, deja el miedo atrás. Tomar una decisión con miedo es sentir insatisfacción hagas lo que hagas. Si claro, (me diría Neo) qué fácil es decirlo, pero el del papelón soy yo. Por eso, Neo, antes de empezar a decidir, plantéate esta pregunta ¿hagas lo que hagas corres un riesgo de vida o muerte, de perderlo todo o ganarlo?, porque permíteme decirte que si ese es el caso, no tienes nada que decidir, la decisión está ya tomada.
Contestar esta pregunta le quita bastante intensidad al momento ¿verdad?, libera bastante la presión y hace que nos sintamos menos emocionales y más racionales. El miedo disminuye bastante cuando planteamos las cosas desde un punto de vista más realista y menos intenso ya que ¿no es el miedo una emoción? Pues bien, el miedo, como el resto de las emociones, son cosa nuestra, están en nuestro interior y surgen de nuestro histórico emocional, de nuestra memoria emocional que desempolva los sentimientos que hemos sentido en nuestras vidas cuando consideramos que esa situación es parecida a aquella otra. Pero no por sentir miedo, alegría, tristeza, o cualquier otra, quiere decir que la realidad sea terrorífica, sea alegre o triste… y pequeño Neo, la realidad es una, y las emociones… bueno, cada uno tenemos las nuestras, por eso ante la misma situación la vivencia de cada uno es diferente. Además ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué cambien las cosas? La verdad es que si ha llegado el momento de decidir, es que las cosas ya han cambiado, nosotros hemos cambiado ya con respecto a esa situación. Neo a la hora de tomar decisiones, cabeza fría.
Ahora, pequeño Neo… es el momento de sacar papel y boli. Divide ambas caras del papel en dos mitades. En la cara A escribe píldora azul (en nuestro caso, por ejemplo, dejar que nuestro hijo adolescente tenga moto), subraya, y debajo divide la hoja en dos columnas. Escribe ventajas en un lado y desventajas al otro. En la cara B haces lo mismo, escribiendo píldora roja (que nuestro hijo adolescente siga sin moto). Hay una norma fundamental para que este truco funcione, las ventajas e inconvenientes tienen que ser realistas, objetivas, racionales, concretas… es decir, emociones fuera, creencias fuera (a creer se va a la iglesia), y datos globales e inexactos fuera. Nada de usar palabras como «nunca, siempre, jamás…» relativicemos “a veces, en muchas ocasiones…”
Ventajas de la moto: no tengo que llevarle y traerle del instituto, la biblioteca, el entrenamiento. Aprenderá a gestionar su dinero para tener combustible. Le va ayudar a ser más autónomo e independiente. Deja de ser el único sin moto de la pandilla. Cuando salga, sabré que conduce él y que no va como “paquete” de uno de sus amigos. Tener la moto me sirve de herramienta para controlar su comportamiento.
Desventajas de la moto: Cuando le veo conduce bien, pero no sé si será tan prudente cuando sepa que va solo. Los otros conductores a veces son imprudentes. Tendré que gestionar mi miedo, esto es una preocupación más. Es una situación que no controlo.
Ventajas de no comprarle la moto: Si yo le llevo y le traigo en coche irá más cómodo y seguro (sobre todo en otoño e invierno). Controlo mejor sus horarios. En cierta manera sé siempre dónde está. Me ahorro el seguro y las reparaciones.
Desventajas de no comprarle la moto: Mis horarios son los suyos. Que no la tenga no quiere decir que no monte, sus amigos le llevan y me fío más de su conducción que de la de los otros. En casa no paramos de discutir por este motivo.
Por último, debajo de cada columna escribe de 0 a 100 lo que te motivan esas razones. Ya tienes tu decisión.
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Las Psicóloguis
Ana Saro
Foto sillón: http://www.decorarparedes.es/ficcion/fotomural-matrix.html
Foto manos: http://www.vcgs.net/blog/como-testear-la-velocidad-de-carga-de-tu-web-y-como-mejorarla/
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