Las relaciones saludables tampoco son perfectas, pero son sanas. Estar en pareja no significa no tener desafíos personales en la vida, o creer cosas distintas, ni siquiera reaccionar igual ante algo. Una relación saludable es una en la que el respeto, la confianza, el compromiso, la comunicación, el apoyo, la flexibilidad y el tiempo de calidad se trabajan todos los días, en los buenos y malos. No es vivir en una peli, es practicar la inteligencia emocional en pareja, cuando las cosas van bien, y cuando va mal. Al final consiste en sentir que compensa. Os doy 7 consejos para una relación saludable.
SENTIR CURIOSIDAD, OBSERVAR Y PREGUNTAR
Al empezar una relación nos morimos por saber todo del otro, su trabajo, hobbies, comidas favoritas, amigos… queremos que nos introduzca en su vida, caerle bien a los amigos, a la familia. Sabemos cómo se llamaba la mascota que tenía a los 5 años, y queremos que nos cuente en cada momento cómo se siente.
Cuando al principio de la relación estamos “locos” por el otro, constantemente le pedimos información porque nos produce curiosidad, nos motiva a observar, y no nos importa preguntar todos los detalles que son importantes para la persona que nos tiene “arrebataos”.
Con el tiempo, nos vamos olvidando de hacerlo porque pensamos (erróneamente) que ya nos conocemos. Presuponemos en vez de preguntar y en muchas cosas nos hemos quedado obsoletos. ¿La vida os cambia pero a nuestra pareja no?, no tiene sentido, ¿verdad? Te pongo un pequeño ejemplo: ¿conoces el nombre de sus compañeros de trabajo?, ¿sabes cuáles son los problemas personales que preocupan ahora a tu pareja?, ¿sabes por qué lleva días irritable?. Y, ¿tu pareja, lo sabe de ti?
Os estareís preguntando, “¿por qué esto es importante? Nos queremos, vivimos juntos, tenemos una familia… no puedo estar a todo”. Pues bien, es importante porque os ayuda a mantener vuestra relación saludable:
- en los momentos de crisis (cambios de trabajo, llegada de hijos, traslados…)
- al sentir que estáis con alguien a quien le seguís importando y que no pone la relación al final de “todas las tareas”
- al crearos el hábito y la costumbre de preocuparos por el otro
- al ser conscientes “a tiempo real” de cómo va cambiando vuestra pareja. Cuanto más os comprendáis, más fácil será que sigáis conectados mientras la vida sigue su curso.
SENTIR CARIÑO Y ADMIRACIÓN MUTUA
Cuando convivimos, a veces somos más conscientes de los fallos del otro, que de las cosas positivas, como sus habilidades, su sentido del humor, sus capacidades, los sacrificios que hace, etc. Si miráramos tantas veces lo bueno como lo malo, nos ayudaría a sentir admiración y cariño por esta persona con la que un día decidimos unir nuestra vida. Y esto fomenta las relaciones saludables.
Al recordar todo lo positivo que te gusta de tu pareja, limas lo que no te gusta. Y no quiere decir que lo malo deje de alterarte, quiere decir que sentirás menos tristeza, o enfado por lo inevitable (es que es torpe, es que va sin cuidado…) porque equilibrarás lo bueno con lo malo (pero lo hace con gracia). Si os queréis, el balance será positivo.
Esto sirve para mantener vivo el respeto en una discusión, en una crisis, o en el día a día. ¿Os decís te quiero?, ¿os dedicáis tiempo? ¿Si volvieras atrás, elegirías de nuevo a tu pareja? ¿Te alegras de ver a tu pareja cuando llega a casa?
Las personas que se quieren, se valoran, se admiran, hacen sacrificios por mantener la vida que han elegido llevar juntos. Elegir sentir cariño y admiración por tu pareja, disminuye el desprecio y el sarcasmo en las discusiones. ¿Qué aprecias hoy de tu pareja?, ¿piensas en ella de forma positiva?, ¿sois equipo o dos «yos»?
ACERCAROS PARA CONECTAROS
Estar conectados mantiene viva la relación. En la era de la hiperconectividad, tendemos a no hacer caso a los que tenemos al lado.
Al final la vida son pequeños momentos que se dan todos los días. No cuesta nada preguntar a nuestra pareja si necesita algo porque vamos a comprar, mandar un WhatsApp de ánimo cuando sabemos que tendrá un día difícil, o hacer el turno de noche con el bebé porque sabemos que necesita una buena noche de sueño. Por ejemplo, si no tienes tiempo porque llegas tarde al trabajo, y tu pareja te dice que le gustaría contarte algo, puedes decirle “llego tarde y me tengo que ir ya, pero dame un avance y esta noche lo hablamos con calma”, o puedes decirle “ya me lo contarás”, ¿cuál de las dos respuestas crees que os conectará más?
Si estáis conectados, tendréis una buena sintonía en el día a día, y cuando surjan las discusiones (que son inevitables en la convivencia), será más fácil llegar a acuerdos. Tendréis menos cosas “en espera” para echar en cara a la primera de cambio.
¿Sois amigos?, ¿cuando os pasa algo, bueno o malo, tu pareja es la primera persona a la que quieres contárselo? Estos momentos de conexión favorecen también la intimidad física de la pareja. Si la tónica de vuestro humor es el buen rollo, seguro que hay más ganas de sexo. Si no hay una batería de agravios que nunca se hablan, es más fácil que te apetezca probar la cama, el sofá, la alfombra… ahí lo dejo.
Cómo fomentarlo para mantener vuestra relación saludable:
- leer, compartir series, ir al gym… juntos
- pediros algo para cenar en casa, dedicaros a comentar vuestro día todas las noches.., bueno ¡imaginación al poder!
- Aprender a diferenciar cuando solo necesita hablar, de cuando necesita un consejo
- no hacer otra cosa al mismo tiempo que tu pareja te habla, dale toda tu atención
Es importante que os apetezca hacer cosas juntos, y que todo lo que habléis se acompañe de la escucha activa. ¿Te cuento que es?
Escuchar con los oídos no con las orejas, con el lenguaje no verbal y el verbal, es decir, mirar a los ojos, hacer asentimientos (si, claro, te entiendo, no me digas etc.), mostrar con tu actitud que estás prestando atención a lo que te cuenta… vamos lo que tú necesitas de tu otra parte cuando quieres desahogarte o necesitas contar algo.
TRABAJAD EL RESPETO MUTUO. SOIS UN PACK
Si os respetáis, respetaréis los acuerdos a los que habéis llegado, vuestros compromisos, y vuestras opiniones. Y desde luego hacer esto aumenta el nivel y grado de confianza entre vosotros. Aumenta la comunicación tranquila, el intercambio de ideas.
El que toméis decisiones conjuntas, y las respetéis aumenta vuestra inteligencia emocional como pareja, vuestra amistad, la lealtad del uno hacia el otro, y de ambos hacia la pareja, vuestra conexión y la sensación de hogar.
Y si en algún momento alguno tiene que romper alguno de los acuerdos alcanzados, ha de comunicarlo antes, diciendo el porqué, y explicando que es consciente de que está pidiendo romperlo. Esto facilita el que la otra parte ceda ante el cambio de rumbo. ¿Os gusta sentir que contáis con vuestra pareja? ¿Aprendéis el uno del otro al escuchar vuestros puntos de vista sobre algún tema?
La realidad es que aunque os hayáis elegido como pareja, no sois la misma persona, y no tenéis que pensar igual sobre todo. De ahí el respeto y la importancia de llegar acuerdos, aprender a ceder y respetar al otro. Al final eso ayuda a que la pareja esté unida y a mantener la relación saludable. Y no porque la parte que nos disgusta del otro desaparezca, sino porque aprendemos estrategias para convivir con lo que no se puede cambiar, y llegamos a acuerdos sobre lo que sí. Nos hace ser más tolerantes.
EN VEZ DE QUEDAROS VIVIENDO EN EL CONFLICTO, BUSCAD SOLUCIONES
Todas las parejas discuten. Normal. Todas las parejas sufren cierto desgaste por la convivencia. Normal. Pero no todas las parejas se divorcian por ello. ¿Qué es lo que hacen unos, que no hacen los otros? Buscar soluciones.
Mirad, la verdad es que antes de llegar a una situación en la que no puedes ni mirar a la cara a tu pareja, ha habido años de pequeños conflictos que no se han solucionado y han ido limando la confianza, la lealtad, el cariño, y por supuesto la convivencia.
Os pongo un ejemplo real de una pareja que hizo terapia conmigo. Una de las cosas que más le molestaban a uno de ellos sobre compartir coche, era que su pareja no lo dejaba en punto muerto, y que las llaves, al día siguiente, no estaban en el plato de la entrada. ¿A que no parece algo definitivo para una relación? Pues para esta pareja fue la gota que colmó el vaso. Afortunadamente, se decidieron por la terapia de pareja (ahora puedo decir que están estupendos, y que actualmente tienen una relación saludable).
- Si problemas sencillos se solucionan cuando surgen, dejan de ser combustible para otras situaciones más complejas
- al aprender a solucionar problemas pequeños, la pareja adquiere el hábito de no dejar que se enquisten en su día a día. Y probablemente este entrenamiento en habilidades sociales, comunicación y solución de problemas, evita que en un futuro se den situaciones finales.
- Al solucionar problemas fáciles, los que no la tienen, se liman buscando estrategias compensadoras para ambos.
Lo cierto es es que ninguno tendréis toda la razón en una discusión, casi toda si, toda no. Cuando buscas una solución, un acuerdo, aplicas habilidades como la escucha activa, la capacidad de ceder, la negociación, la tolerancia y cumplir los compromisos, ¿lo veis?
SALID DEL BUCLE, AVANZAD
Hay veces que los deseos de cada uno, sus sueños, o metas de vida ponen en bucle a la pareja. Problemas como que uno quiera mudarse a otro país, y el otro no; que uno quiera ahorrar y el otro vivir el momento… parecen problemas irresolubles que solo os llevarán a discutir ¿verdad?
Lo cierto es que no es bueno que nadie renuncie a lo que considera importante en la vida… pero hay que saber diferenciar lo que de verdad es una creencia, de una cabezonería. Y también es verdad, que hasta estos problemas, hablándolos desde la completa sinceridad emocional, sin callar nada, ayuda a crear un contexto para vuestra pareja, que le ayude a entender por qué eso es tan importante. ¿Cómo se hablan estas cosas para que ayude a mantener la relación saludable?
- ambos deberíais hablar de vuestro punto de vista pero a nivel informativo, no para convencer al otro o imponer opiniones
- hablar sin minimizar sentimientos, ni guardar información. Si la pareja se respeta y tienen un buen clima de intimidad y confianza será más fácil abrirse.
- Contad por qué es importante, lo que os hace sentir, lo que significa para vosotros.
- La pareja, aunque no lo comparta debe mostrar interés y reconocimiento de lo importante que es ese sueño o ese deseo.
- Hablad desde la tranquilidad, la asertividad, eligiendo bien los momentos.
- Lo mejor es que ambos defináis los puntos en los que no podéis ceder, luego dónde sí se puede, y por último alcanzar un compromiso temporal a revisar en un futuro.
Si podéis hacerlo así, será más fácil alcanzar acuerdos, o limar asperezas en creencias muy divergentes. Y seguro que baja vuestro malestar cuando salen estos temas.
DESARROLLAD VUESTRA CULTURA DE PAREJA os ayudará a mantener la relación saludable
Esto es como los países. Las parejas tienen que tener su canción, sus motes privados, sus costumbres… todo lo que les hace únicos y sobre todo, les hace sentirse en casa, seguros, cuidados.
No olvidéis:
vuestra historia, por qué os enamorasteis, los defectos y virtudes.
aceptar los cambios que la vida le aporta a cada uno de vosotros
trabajar la intimidad, la confianza, el cariño y el respeto. Crear vuestros rituales, vuestras costumbres. Todo esto os une, aunque en algunas cosas estéis en desacuerdo.
Hablar de las diferencias y de lo que tenéis en común, de los objetivos personales, laborales o familiares. Hablando de todo, respetando al otro, queriendo mucho, el día a día os une.
Recordar por qué os enamorásteis, las tonterías que hicisteis juntos, las charlas interminables, las primeras escapadas… revivir vuestro comienzo, viviendo vuestro presente. Es decir, tener claro por qué seguís juntos, qué os une (emocionalmente, claro, que las hipotecas aquí no cuentan).
Si estos consejos ya los practicas, ¡FELICIDADES!, si crees que puedo ayudaros a ponerlos en práctica, me encantaría hacerlo.
Ana Saro Psicóloga en